No consigo imaginarme cómo fue ese gran día en el que Eiichiro Oda tuvo la idea que revolucionaría Japón. Una idea sencilla, sin complicaciones. Una idea con una combinación bastante utilizada: aventuras, drama y humor, mucho humor.

Monkey D. Luffy es su protagonista, mi personaje favorito, y un tío de goma. Sí, de goma. Parece tan simple y banal que muchos se echan atrás por este simple hecho. El poder de este chico es sumamente original, y el autor cada capítulo lo sube un poco más. Sus nakamas (camaradas, aunque esta palabra es algo más familiar) son más de lo mismo, personajes que rebosan de carisma y cada uno de ellos tiene un objetivo diferente que espera cumplir al lado de Luffy. Aunque el camino a ser el Rey de los Piratas no es nada fácil.
En fin, me encanta esta serie. Ninguno de sus casi 600 capítulos tienen desperdicio. Es oro impreso.
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